Jorge Romero, -pero el gallego-, se encuentra desayunando y llega su esposa y le dice:
Jorge, hijo er diablo, me encontré ésto en tu ropa,... dice Marilú, ¿quién es ella? Que te traes en mente granujilla, hijo e puta?
Jorge, hijo er diablo, me encontré ésto en tu ropa,... dice Marilú, ¿quién es ella? Que te traes en mente granujilla, hijo e puta?
A lo que el gallego le responde:
¡Jodas!! Lo que pasa es que fui al hipódromo y er caballo que aposté se llamaba Marilú.
Después de varios días, la gallega le dice al marido en tono enojado:
¡Jorge, tienes una llamada telefónica! Es tu caballo!
¡Jodas!! Lo que pasa es que fui al hipódromo y er caballo que aposté se llamaba Marilú.
Después de varios días, la gallega le dice al marido en tono enojado:
¡Jorge, tienes una llamada telefónica! Es tu caballo!
Fodas, y yo que pensaba que los caballos no podian hablar!
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